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jueves, 17 de septiembre de 2015

Tres acertijos sencillos

PRIMER ACERTIJO:
Tenemos sobre la mesa dos grupos de fichas repartidas en dos montones, todas ellas dispuestas en fila. Unas son rojas y otras son azules. Combinándolas por parejas (una roja y una azul), resulta que pueden formar parejas hasta un total de 42. Ahora bien, siempre que se emparejan queda una ficha azul sin pareja. ¿Cuántas fichas hay de cada color?

SEGUNDO ACERTIJO:
Supongamos que tenemos sobre la mesa 32 jarras llenas de agua, un vaso y un hornillo. En una de las jarras hay mezclado con el agua cierta cantidad de arsénico. Debemos averiguar en cuál jarra está la mezcla. Como ayuda sabemos que al calentar el arsénico éste desprende un fuerte olor a ajo. Para hallar la solución se da una condición: sólo se puede usar el vaso en cinco ocasiones.

TERCERO ACERTIJO:
En una cesta de mimbre hay un cierto número de bolitas, de las cuales una quinta parte están pintadas de amarillo, una tercera parte están pintadas de verde y las siete restantes están pintadas de marrón. ¿Cuántas bolitas hay en la cesta?

SOLUCIONES:
1º. Seis rojas y siete azules.
2º. 1- Se vierte en el vaso un poco del contenido de 16 jarras y se apartan las otras. Se calienta el agua y, si huele a ajo, se descartan las jarras apartadas; en caso contrario, se descartan las jarras probadas. 2- De las 16 jarras que tenemos ahora, echamos el contenido de 8 de ellas en el vaso y se apartan las otras jarras. Procedemos como anteriormente. 3- De las 8 jarras resultantes volvemos a verter el contenido de 4 de ellas y apartamos las otras. De nuevo, calentamos y olemos. 4- Ahora vertemos el contenido de 2 de las cuatro jarras que nos quedan y apartamos las otras. Una vez más, calentamos y olemos. 5- Sólo quedan dos jarras, así que calentamos el contenido de 1 de ellas: si huele a ajo, ésa es; si no huele a ajo, es la otra.

3º. Quince.

sábado, 28 de marzo de 2015

EL CALENDARIO

Es de común conocimiento que el calendario por el que nos regimos en la actualidad tiene su origen más inmediato en los tiempos de la Antigua Roma; eso sí, desde entonces ha sufrido alguna modificación para adecuarlo a la forma más correcta posible. También es de común conocimiento que los nombres y expresiones usados en nuestro calendario provienen de los mismos nombres y expresiones empleados por los antiguos romanos. Lo que aquí se pretende, pues, es sólo rememorar todo esto. Empecemos, por tanto, con ello.

Nuestro año, compuesto por 365 días (excepción hecha del “año bisiesto”), lo dividimos en doce partes de más o menos igual duración, a cuya división llamamos “mes”, otorgando a cada uno de los doce meses un nombre concreto, desde “enero” hasta “diciembre”. Esto lo sabemos desde pequeños, pero lo que tal vez no supiéramos es que esta división del año en doce partes no fue siempre así. Si nos fijamos en el nombre de los últimos cuatro meses, notaremos que algo no encaja: “sept-i-e-mbre”, “octu-bre”, “novi-e-mbre”, “dici-e-mbre” (siete-bre, ocho-bre. nueve-bre. diez-bre); pero los números no cuadran con el número de mes, porque septiembre es el noveno mes y no el séptimo, octubre es el décimo mes y no el octavo, etc. El motivo de tal peculiaridad es que en un principio, unos 700 años antes de comenzar nuestra era, el año estaba dividido en diez partes o meses, de donde “dici-e-mbre” era el décimo mes, pues que era el último del año (de modo que el año constaba tan sólo de 304 días). Así pues, el año comenzaba en Marzo y terminaba en Diciembre. ¿Y por qué no se empezó a contar el año precisamente en Marzo y no en Abril o Mayo...? Todo se debe al afán belicoso de aquellos pueblos. Entonces, las guerras se tomaban un respiro en época invernal: los ejércitos se retiraban o bien a sus ciudades o a sus campamentos estables y allí permanecían hasta que el llegaba el buen tiempo, con la primavera. Entonces, los ejércitos se volvían a poner en marcha y se reiniciaban las hostilidades. Dado que para los romanos existía la guerra tenía como símbolo al dios que ellos llamaban Marte, le dedicaron este primer mes de la guerra, sin duda con el loable fin de que el dios le fuera propicio y les ayudara a derrotar al enemigo. Y así, llamaron a este mes “Martium”, de donde proviene nuestro Marzo.

En cuanto a Abril, se tienen dudas sobre el origen del nombre, aunque la mayoría se inclina por relacionarlo con la palabra latina “aperire”, que significa “abrir”, recordando que es el mes en que florecen las plantas y la naturaleza se abre a la primavera. Algo parecido ocurre con Mayo, sobre cuyo origen, el del nombre y no el del mes, parece que no hay consenso, si bien todo hace suponer que se relaciona con un ser sobrenatural de nombre Maia, aunque existían una diosa y una ninfa con ese nombre, de donde surgen dudas sobre a cuál de ellas honrarían los romanos; de todas formas, en este mes los ciudadanos celebraban la fiesta que conocían como Maius, un festival dedicado a la diosa, por lo que parece que ésta es la candidata al premio. Esta Maia era la diosa que, según se creía, auspiciaba la fertilidad, nada más apropiado para un mes en que la vida comienza a brotar por todas partes después del letargo invernal.

Llegamos a Junio. Tampoco aquí parece que haya anuencia sobre el origen del nombre. Mientras unos pretenden emparentarlo con la diosa Juno, otros dicen que estaba dedicado a Junio Bruto, a quien se considera el fundador de la República romana. En cualquier caso, después de este mes llegaba el mes Quinctilis, en clara alusión a que era el quinto. Hasta que no llegó el afamado Julio César, a partir de este mes ya no había meses con nombre propio, sino el ordinal (Sextilis, September, etc). En un principio éste era un mes un tanto largo, dado que contenía ni más ni menos que 36 días; pero llegó Rómulo y fundó la ciudad de Roma, durante el cual reinado a este Rómulo le pareció excesivo tanta cantidad de días y los redujo a 31; despues, hace aproximadamente 2700 años bajo el reinado de un tal Numa Pompilio, el número de días se redujo a 30. Y entonces llegamos a Julio César, que mandó reformar el calendario y “ponerlo al día”, devolviendo los 31 días al mes y actualizando los desfases más notorios que el calendario había ido acumulando por no esta adecuado a los años naturales (la traslación de la Tierra alrededor del Sol). En honor a esta encomiable tarea, se honró a Julio César llamando a este mes Julio (se ve que en aquella época no se dedicaban los nombres de las calles a este tipo de homenajes). A Julio César le sucedió en el poder su hijo adoptivo, Octavio, a quien nombraron Augusto. Octavio, por no querer ser menos que su antecesor, puso su nombre al siguiente mes, de donde pasó de ser llamado Sextilis a ser conocido como Agosto.

Por lo demás, el resto de los meses conversaron su nominación hasta nuestros días. Sin embargo, queda por aclarar el origen de los dos meses que en la actualidad figuran como los que comienzan el año. ¿Cuándo los colocaron ahí y a qué se deben sus nombres? Pues bien, fue bajo el mandato de aquel rey que se mencionó antes, Numa Pompilio, cuando se añadieron estos dos meses, de manera que se vino a reparar un tanto la anomalía del calendario con el “año natural”. Hablemos de Febrero. Su nombre se debe a la palabra latina de origen etrusco “februa”. El día 15 del último mes del año, que era este mes del que hablamos, se celebraba una especie de “fiesta de la purificación”, posiblemente prerromana, que era conocida con ese nombre etrusco. La fiesta alcanzó tanta popularidad que los romanos acabaron por nombrar así al mes en que se celebraba el festival, y de ahí se pasó a inventarse un dios homónimo, cuya misión sería la de purificar, sobre todo mediante el agua. El caso es que , si bien estos dos meses cerraban el año cuando se añadieron bajo Numa Pompilio, el tiempo, el uso y las reformas acabaron por trastocar su posición y al primero de ellos lo pusieron bajo la advocación del dios Jano, que era una especie de dios de doble cara, pues que venía a representar el principio y el fin, el espíritu del doble sentido de la puerta: por un lado sales y por el otro entras; así que Ianuarium (de Ianum), servía para cerrar un año y abrir otro, de donde viene nuestro Enero.


Si alguien se pregunta por qué había tanto disparidad entre el calendario romano y el año que tarda el planeta en rodear el Sol, se debe a que este calendario está basado en las fases de la Luna, no en el Sol, por el cual motivo aún en la actualidad tenemos que añadir un día cada cuatro años.

miércoles, 25 de marzo de 2015

REYES Y PRESIDENTES DE ESPAÑA

Fernando II de Aragón “el Católico” (15 de enero de 1475 – 26 noviembre de 1504 [Castilla])
Isabel I de Castilla “la Católica” (13 de diciembre de 1474 – 26 de noviembre de 1504)
Felipe I de Castilla “el Hermoso” (12 de julio de 1506 – 25 de septiembre de 1506)
Juana I de Castilla “la Loca” (26 de noviembre de 1504 – 26 de noviembre de 1555)
[Fernando II de Aragón fue rey en Aragón des el 20 de enero de 1479 hasta su muerte el 23 de enero de 1516, fecha en que Juana I de Castilla fue coronada como reina de Aragón]
Carlos I “el César Carlos” (14 de marzo de 1516 – 16 de enero de 1556)
Felipe II “el Prudente” (16 de enero de 1556 – 13 de septiembre de 1598)
Felipe III “el Piadoso” (13 de septiembre de 1598 – 31 de marzo de 1621)
Felipe IV “el Rey Planeta” (31 de marzo de 1621 – 17 de septiembre de 1665)
Carlos II “el Hechizado” (17 de septiembre de 1665 – 1 de noviembre de 1700)
Felipe V “el Animoso” (16 de noviembre de 1700 – 14 de enero de 1724)
Luis I “el Bien Amado” (14 de enero de 1724 – 31 de agosto de 1724)
Felipe V “el Animoso” (6 de septiembre 1724 – 9 de julio de 1746)
Fernando VI “el Prudente” (9 de julio de 1746 – 10 de agosto de 1759)
Carlos III “el Político” (10 de agosto de 1759 – 14 de diciembre de 1788)
Carlos IV “el Cazador” (14 de diciembre de 1788 – 19 de marzo de 1808)
Fernando VII “el Deseado” (19 de marzo de 1808 – 6 de mayo de 1808)
José I “Pepe Botella” (6 de junio de 1808 - 11 de diciembre de 1813)
Fernando VII “el Deseado” (11 de diciembre de 1813 - 29 de septiembre de 1833)
Isabel II “la de los Tristes Destinos” (29 de septiembre de 1833 – 30 de septiembre de 1868)
Amadeo I “el Rey Caballero” (16 de noviembre de 1870 – 11 de febrero de 1873)
Estanislao Figueras (12 de febrero de 1873 – 11 de junio de 1873)
Francisco Pi y Margall (11 de junio de 1873 – 18 de julio de 1873)
Nicolás Salmerón (18 de julio de 1873 – 7 de septiembre de 1873)
Emilio Castelar (7 de septiembre de 1873 – 3 de enero de 1874)
Francisco Serrano y Domínguez (3 de enero de 1874 – 30 de diciembre de 1874)
Alfonso XII “el Pacificador” (29 de diciembre de 1874 – 26 de noviembre de 1885)
Alfonso XIII “el Africano” (17 de mayo de 1886 – 14 de abril de 1931)
Niceto Alcalá Zamora (30 de julio de 1931 – 14 de octubre de 1931)
Manuel Azaña (14 de octubre de 1931 – 11 de diciembre de 1931)
Niceto Alcalá Zamora (11 de diciembre de 1931 – 7 de abril de 1936)
Diego Martínez Barrio (7 de abril de 1936 – 11 de mayo de 1936)
Manuel Azaña (11 de mayo – 3 de marzo de 1936)
Francisco Franco (1 de octubre de 1936 – 20 de noviembre de 1975)
Juan Carlos I (22 de noviembre de 1975 – 4 de junio de 2014)
Felipe VI (19 de junio de 2014 - )

Curiosidades

MÚSICA
Las hermanas Cherry, un conjunto de variedades norteamericano que se anunciaba como “el peor espectáculo de América” en 1910, eran tan malas que debían cantar tras una red, que las protegía de los objetos lanzados por los espectadores.

En la música en China se considera como primera nota la más alta y la última es la más baja de la escala.

Una máquina de coser inventada a principios del siglo XIX producía sonidos musicales cuando funcionaba.


HISTORIA
Los escitas del sudeste de Europa, entre el año 600 a.C. y el 100 d.C., honraban a su rey muerto cortándose un pedazo de oreja, de nariz, de la frente y de un brazo, y atravesándose la mano izquierda con una flecha. Los egipcios, en cambio, solían afeitarse la cabeza, pero como señal de luto dejaban crecer el cabello.

Había tan pocas mujeres en el sur de EEUU a principios del siglo XIX que a menudo las viudas recibían proposición matrimonial regresando del entierro del esposo.

La primera forma de seguro se dio en la isla de Rodas en 324 a.C. por si huía algún esclavo.

A los jurados ingleses se les encerraba sin agua ni comida hasta que conseguían un veredicto.
Si las leyes no han cambiado últimamente en Francia, las mujeres que han tenido hijos sin casarse pueden hacerlo con el padre de ellos después de haber muerto.

Según la “Lex Cocinaria” (ley de la cigüeña) los hijos estaban obligados a cuidar de sus padres si eran ancianos.

El poeta inglés Alexander Pope (1688-1744) medía tan sólo 1,37 metros y eran tan delicado que usaba un corsé para mantenerse erecto y tres pares de calcetines para que sus piernas parecieran algo gruesas.

Las lecheras en Inglaterra en el siglo XIX estaban legalmente autorizadas para agregar un tercio de agua en cada envase usado para la distribución diaria de la leche.


COMIDA
Los recién casados en la China antigua recibían lluvia de cebollas para protegerlos contra el mal de ojo. Entre Los antiguos egipcios la cebolla era considerada símbolo de eternidad, llegando a jurar mientras ponían la mano derecha encima de una.

Ponerse la mano en la boca al bostezar tiene su origen en la creencia de que así se evitaba perder el aliento o el alma.

Los antiguos persas hacían el vino a partir de violetas.

La palabra “cocktail” (cóctel) se originó en una cantina mejicana en la que el cantinero mezclaba sus bebidas con la raíz de una planta llamaba Cola de gallo (cock’s tail).


ABSURDOS
Los ciclistas de la ciudad de nueva York en el decenio de 1880 podían ser detenidos si corrían a más de 18 kilómetros por hora.
En Israel se ha llegado a extender un documento de identidad a cada una de las 300.000 vacas que había en su momento.
Los Puritanos de Nueva Inglaterra, en Estados Unidos, rehusaban celebrar el día de Año Nuevo, porque enero tomó su nombre del dios romano Jano, un dios pagano.
La triscaidecafobia (temor al número 13) está tan extendida en Estados Unidos que el 90% de los edificios altos no marcan ese piso.

ASOMBROSO
El desierto de Atacama, al norte de Chile, tiene zonas en las que nunca ha llovido.

James Lewis y James Springer son dos gemelos idénticos adoptados por dos familias distintas siendo niños. Se conocieron 39 años después: ambos recibieron el mismo nombre, se casaron con mujeres llamadas Linda, se divorciaron y se casaron con unas llamadas Betty, sus primeros hijos se llaman James Allan, fueron policías y tienen como pasatiempos la carpintería y la pintura.

La expectativa de vida de los romanos hasta el año 400 d.C. era sólo de 26 años y 6 meses. En el siglo IX había aumentado hasta los 26 años y 7 meses.

Cortar un árbol en una calle o en un jardín era castigable con pena de muerte en la Inglaterra del siglo XIX.

Thomas Wedders trabajó en los circos de Inglaterra durante el siglo XVIII mostrando su nariz, que tenía 18 cm de largo.

David Grant y su esposa Evelyn, de Carlstadt en New Jersey, Estados Unidos, que han estado casados 40 años, fueron operados del corazón por el mismo médico el mismo día en el mismo hospital y fueron dados de alta al mismo tiempo.


ANIMALES
La zorra tiene tan buen olfato que puede identificar a cualquier zorra con la que se cruce y lo último que comió.

Perros de agua eran llevados en la mitad de los galeones españoles para enviar mensajes de unos a otros.

La piel de los elefantes carece de poros, por el cual motivo para expulsar el sudor lo hacen a través de las uñas.


VARIEDADES
El famoso teatro Kibuki de Japón tiene solamente actores, pero anteriormente había solamente actrices.

Sean Connery, el famoso actor, trabajó una vez puliendo ataúdes.